Existe una relación muy estrecha entre la calidad de nuestra nutrición con el estado de salud en general, ya que una buena nutrición nos provee de todos los macro y micronutrientes necesarios para tener un equilibrio nutricional y un balance hormonal adecuado que nos permitirán tener una piel y un cabello saludable. Además de nutrirlo adecuadamente, aprenderemos cómo cuidarlo, así que veremos algunas sugerencias de rutina diaria.
Una de las grandes bendiciones que Dios nos otorga es la familia, pertenecer a una es esencial en nuestro desarrollo personal. Desde la niñez los padres son fundamentales para que crezcamos en plenas condiciones físicas, emocionales y de salud, pero lo más importante es: crecer en el conocimiento espiritual, en el amor hacia Dios, y en el compromiso con su obra (Pr. 22:6).
La familia es una institución que Dios ha dejado para poder estar en comunión con Él (Mal. 2:15), la cual fomenta la comunión con Dios en el núcleo familiar: esposo, esposa e hijos, pero alcanzando en su trabajo incluso a más personas y familias. Sabemos que el objetivo final de nuestro Dios es que todos puedan estar en comunión con Él, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 P. 3:9); y la familia es uno de los principales medios para lograrlo.
Amado hermano, ¿tus hábitos son agradables delante de Dios? Existen muchos hábitos espirituales que nos ayudarán, no sólo a ser más espirituales, sino a tener más cercanía con nuestro Dios y con nuestros hermanos. Estos hábitos son acciones, que también nos ayudarán a tener una vida en paz y bendición.
¿Cuántas ocasiones no nos hemos sentido tan distantes de aquello que deseamos alcanzar? Como si viésemos el horizonte de la mar, estando de pie sobre la arena, o como si, en la noche, observásemos las lucientes estrellas desde la faz de la tierra. Pero, de la misma forma, ¿cuántas ocasiones no nos hemos sentido tan cercanos a lo que anhela nuestro corazón? Como si viésemos el río y escucháramos su correr, acercándonos a él con cada paso, sintiendo el fuerte latir del corazón, ensimismados, pensando que en tan sólo unos segundos todo cambiará, pues, al cruzar, una vida nueva comenzará…
El pueblo de Israel, en específico el Reino de Judá fue atacado por la nación más poderosa y grande de ese entonces, siendo llevados en cautiverio. A pesar de todo eso, Dios en su misericordia preparó un plan para momentos futuros, pues los babilonios permitieron que prosiguiera el linaje del gobernador de Judá (Haggeo 2:1-2).
