Creando Hábitos Espirituales

Creando Hábitos Espirituales


Amado hermano, ¿tus hábitos son agradables delante de Dios? Los hábitos son una forma especial de proceder o conducirse, siendo una repetición de actos iguales o semejantes. Mientras que el espíritu es aquel poder que Dios pone en nuestra mente y corazón, que nos conduce y acerca más a Él.

Tenemos hábitos personales que nos ayudan y que seguramente han sido de provecho para nuestra vida cotidiana; sin embargo, nuestro Dios nos muestra un camino más excelente y perfecto, y nos provee las herramientas necesarias para acercarnos a Él y ser agradables delante de su presencia. Dichas herramientas son acciones que podemos realizar en nuestra vida diaria, que sin duda nos permitirán ser cada vez más espirituales, tales como:

Conversar con verdad

«Lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, mas con doctrina del Espíritu, acomodando lo espiritual á lo espiritual.»

1 Cor. 2:13

«… Anunciad de día en día su salud.»

Sal. 96:2


Procurar hablar como un hijo de Dios en todo momento y en todo lugar, reflexiona: ¿El Señor Jesús utilizaría las palabras con las que me expreso?

Cantar y alabar

«Cantad á Jehová, toda la tierra, Anunciad de día en día su salud.»

1 Cr. 16:23


«Día en día», que es la definición de hábito.

«¿Echa alguna fuente por una misma abertura agua dulce y amarga?»

Stg. 3:11


Así como ponemos especial cuidado en los instrumentos musicales que se han santificado para alabar a Dios y no les damos otro uso contrario al establecido, así debemos cuidar nuestra lengua de lo que expresa y canta.

Orar

«Y aconteció en aquellos días, que fué al monte á orar, y pasó la noche orando á Dios.»

Lc. 6:12

«Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y espiritual inteligencia;»

Col. 1:9


Algunas veces omitimos el orar, ya sea porque lo olvidamos, por cansancio o pereza; imagina que Dios sintiera lo mismo: ¿Recibiríamos bendición?

Ayunar

«Por eso pues ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y llanto.»

Jl. 2:12

Ayunar debe ser algo que nazca del corazón, y puede ser de gratitud, de perdón, de petición, etc., pero es necesario afligir nuestro cuerpo para priorizar nuestro espíritu.

Ser altruista

«El alma liberal será engordada: Y el que saciare, él también será saciado.»

Pr. 11:25


Evangelizar

«… Te he puesto para luz de los Gentiles, para que seas salud hasta lo postrero de la tierra.»

Hch. 13:47

«Y les dijo: Id por todo el mundo; predicad el evangelio á toda criatura.»

Mc. 16:15


Hablar de nuestro Dios con nuestra familia, en nuestra escuela, trabajo o con las personas que nos rodean, también es un hábito que nos permite acercarnos a Dios, y a su vez, acercar a los que nos oyen.

Escudriñar

«Escudriñad las Escrituras, porque á vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.»

Jn. 5:39


Podemos dar prioridad a leer las Sagradas Escrituras, la escuela sabática y los diferentes artículos que la iglesia de Dios pone a nuestra disposición, aprovechando nuestro tiempo y usándolo en aquello que es para nuestra edificación.

Asistir puntualmente y con gozo a las reuniones espirituales

«Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y con sencillez de corazón. Alabando á Dios, y teniendo gracia con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día á la iglesia los que habían de ser salvos.»

Hch. 2:46-47


Tener paz con Dios y el prójimo

«Bienaventurados los pacificadores: porque ellos serán llamados hijos de Dios.»

Mt. 5:9

«Porque El que quiere amar la vida, y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga bien; Busque la paz, y sígala.»

1 P. 3:10-11


Pensar en Dios

«Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados.»

Pr. 16:3


Nuestras preocupaciones y ocupaciones nos mantienen con la mente distraída todo el día, y olvidamos pensar en aquél por el cual son todas las cosas, relaja tu pensamiento y acuérdate de Dios en todo momento, todo empezará a ser más fácil.

Practicar los dones y talentos que Dios da

«No descuides el don que está en ti, que te es dado por profecía con la imposición de las manos del presbiterio.»

1 Tim. 4:14

«Cada uno según el don que ha recibido, adminístrelo a los otros, como buenos dispensadores de las diferentes gracias de Dios.»

1 P. 4:10


Toca tu instrumento musical, canta alabanzas, medita en la palabra de Dios y todas aquellas habilidades y dones que el Señor ha puesto en ti: valóralas, aprovéchalas y úsalas para su obra.

Visitar a los hermanos

«Y después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos por todas las ciudades en las cuales hemos anunciado la palabra del Señor, cómo están.»

Hch. 15:36


Visitar hermanos y convivir con ellos, tener un culto, meditar en la palabra de Dios y entonar alabanzas es una excelente manera de motivarnos a buscar a Dios, y de emplear nuestro tiempo en un provecho espiritual.

Existen muchos hábitos espirituales, seguramente tú conoces aun más; que nos ayudarán no sólo a ser más espirituales, sino a tener más cercanía con nuestro Dios y con nuestros hermanos, estos hábitos son acciones que también nos ayudarán a tener una vida en paz y en bendición, y también con ello obtener la vida eterna.

¡El Señor te bendiga grandemente, amado hermano!, paz a vos.

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