Infografía. Comportamiento adecuado
La obediencia es resultado de un proceso de enseñanza, proceso que empieza inicialmente por oír la palabra de Dios por fe y de manifestar dicha fe en el ejercicio de las obras que nos apartan del mal, “obrar el bien”, según la doctrina de Dios y de su Hijo Jesucristo, transmitida en las Sagradas Escrituras, puesto que, para que haya enseñanza tiene que haber alguien que enseñe.
Mi compromiso contigo
¿Cómo me presento delante de mi Dios? Una pregunta que es sencilla de plantear, pero que nos conduce a una profunda introspección y a una gran meditación, porque nos hace pensar en cómo nos encontramos ante los ojos del Eterno Dios vivo, que siempre nos observa (Sal. 139:7-12). Con esta pregunta nos sumergimos en el mensaje.
Infografía. ¿Dónde está tu corazón?
El tiempo y la fuerza nos pueden acercar o alejar de nuestro Dios, todo depende de cómo manejemos estos dos aspectos en nuestra vida y de en dónde está nuestro corazón. No importa cuantos obstáculos se presenten en nuestra vida o cuántas tentaciones quieran vencernos, debemos esforzarnos, y cambiar nuestro camino, teniendo a Dios como prioridad y Él dará respuesta a todos nuestros problemas.
Infografía. El adulterio y la fornicación
Infografía. La sangre
Infografía. El año del jubileo
A causa del hombre por su pecado, fue maldecida la tierra, y esa fertilidad que tenía al principio, se perdió y por ello fue necesario, que el hombre trabajará, para comer de su esfuerzo para sembrar, cosecha y segar. Después que el pueblo de Israel entró a Canaán, Dios dió la ordenanza que la tierra debía reposar cada siete años, pero durante el año sexto daría hartura de bendición en la cosecha de sus tierra suficiente para tres años (Lev. 25:21).
Infografía. Desead como niños
En nuestro crecimiento es importante mantener un corazón sin malicia como el de un niño, de no ser así no entraremos en el Reino. A medida que crecemos está en peligro nuestra conexión con Dios, ya que buscamos respuestas complejas en vez de la respuesta en Él. Mantener la disposición a las cosas de Dios; el deseo y la humildad como la de un niño en nuestra vida espiritual para no alejarnos de Dios.